Al igual que los seres humanos, los animales pueden sufrir estrés. Tu perro o tu gato puede adoptar comportamientos indeseables que son simplemente una respuesta a su malestar. El propietario debe estar atento a la aparición de síntomas preocupantes y ser capaz de detectar el origen de ese estrés. Se puede implementar un tratamiento natural para que recupere la calma y la serenidad.
Síntomas de un animal estresado
El propietario debe garantizar el bienestar de su mascota. Es importante que tu bola de pelo esté cómodo. Por lo tanto, es preciso prestar atención al más mínimo cambio de comportamiento:
- Comportamiento inapropiado: tu mascota es agresiva contigo y/o se pelea con otros animales.
- Repentina falta de higiene: orina y defeca en lugares no adecuados.
- Aumento del apetito: tu mascota pide constantemente comida.
- Pérdida de apetito: se niega a comer y se observa una pérdida de peso significativa.
- Problemas de piel: tu mascota se rasca, pierde pelo y se lame de manera inusual.
- Hiperactividad: se afila las garras en todas partes o estropea los muebles, ladra o maúlla sin razón aparente.
- Se niega a jugar: tu mascota se oculta y se aísla todo el día. Rechaza la actividad física.




